Una de las grandes enfermedades del siglo XXI es la obesidad, de hecho, según estudios de Ipsos, Chile fue uno de los países que más subió de peso en la pandemia. La médico cirujana con Magister en Nutrición, Yamila Ginez, en conversación con Melidatos, abordó esta patología desde diferentes puntos.
Según la profesional, los principales riesgos son: trastornos hipertensivos, colesterol y/o triglicéridos elevados, que de una u otra manera con el tiempo, pueden generar, por ejemplo, esteatosis hepática (hígado graso), al igual que en conjunto pueden producir daño en las arterias y en casos graves, desencadenar en ACV (accidente Cerebrovascular) o infartos. También está la resistencia a la insulina, que de no tratarse puede llevar a una Diabetes Mellitus tipo 2. Además, el sobrepeso u obesidad afecta al aparato osteoarticular, generando dolor en la columna vertebral, daño general en rodillas y tobillos, entre otras dolencias.
Por otra parte, comenta que el indicador común respecto al sobrepeso de la persona son los comentarios del círculo más cercano, y para evitar conflicto lo ideal es pensar en el afectado y tener empatía por la condición que atraviesa. Y también agrega: “la obesidad es una enfermedad crónica, por lo tanto, no es culpa del paciente padecerla. Duele ver el estigma social que vive este; pues son objeto de burlas, bullying y sorprendentemente, como mecanismo de defensa, el autobullying”.
También aclara que los procesos de medicina antiobesidad constan de cinco partes, pues se trabaja con un equipo multidisciplinario. “Está el área metabólica del diagnóstico, los medicamentos para ayudar en la pérdida de peso, la dietoterapia, la actividad física y la psicología, la cual une a todas las áreas anteriores”. Además, asegura que cualquier motivo para bajar de peso es válido y nunca hay que ponerse excusas para comenzar este proceso.
Yamila aconseja sacar la palabra dieta de nuestro vocabulario, pues: “está demostrado que produce sufrimiento. El cerebro emite ciertas sustancias cuando decimos estoy a dieta y genera rechazo y mayor ansiedad. Es mejor hablar de un plan alimentario, ya que estamos educando y adoptando conductas más sanas, que no sólo le sirven al paciente, sino a toda su familia”. Además, recomienda que este tratamiento siempre sea con ayuda profesional, por que sino es mayor el riesgo que los beneficios finales.
Para finalizar, expone que la clave es no tener culpa, ya que si la persona sale de su plan alimentario puede retomarlo al día siguiente. “Por ejemplo, este fin de año hay que disfrutar, pero conociendo nuestros límites”, y agrega: “no se den por vencidos, porque mientras estemos vivos no hay nada imposible”.
YAMILA GINEZ OCHOA
· Médico cirujano
Universidad de Carabobo – Venezuela
· Magíster en Nutrición
Instituto de Investigaciones en Nutrición (INVESNUT) – Venezuela
· Diplomado en Nutrición bariatrica y Obesologia.
Clínica San Agustín- Melipilla
Teléfono: 22 928 1600
– Revista Melidatos