Bebidas Energéticas: un silencioso daño al organismo

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El consumo per cápita en Chile de bebidas energéticas, entre el año 2010 y 2020 aumentó desde 0.4 a 3.6 litros. Una lata de 250 cc equivale a 3 tazas de café y 10 cubos de azúcar. ¿Qué pensarías si tu hijo, hermano o pareja consumiera estos bebestibles por 2 o 3 veces al día?

 

Seguro has escuchado estas frases: “un whisky con energética, por favor”. “Me tomaría una energética”. “Hoy día desayuné energética”. “Una energética para despertar”. “¿Y si le echamos una energética?”, la verdad, es que no son las mejores frases. Y como nos preocupamos por tu salud, fuimos a buscar un médico para que nos pudiera aclarar el panorama de las bebidas energéticas en la sociedad.

 

El cardiólogo clínico Jimmy Cichetti nos explicó el bum que ha tenido el consumo en exceso de este producto durante el último tiempo, el cual refleja cifras que han de tomarse en cuenta. Además de las consecuencias a largo plazo que generan en el organismo.

 

Según estudios, el sobreconsumo de estos bebestibles, a nivel mundial, se encuentra en personas que van desde los 12 a los 40 años. Algunas cifras muestran que el 40% la consume por sabor, el 25% para tener más energía, el 15% porque los mantiene despiertos y el 20% restante se divide en diversos motivos, expone el profesional. 

  

Algunos componentes de las bebidas energéticas tienen efectos directamente en la presión arterial y corazón, pues son psicoestimulantes. Una bebida de 250 ml equivale a 3 tazas de café y 10 cubos de azúcar, esta última también actúa en el cerebro como estimulante. 

 

El principal impacto en el corazón son las taquicardias, las cuales aumentan la cantidad normal de latidos, “concentrada entre las 60 y 100 palpitaciones por minuto, llegando hasta las 140 y/o 160. Este fenómeno es reversible y no le pasa a todo el mundo. Sin embargo, puede escalar a una arritmia cardiaca”, las más frecuentes producidas por las energéticas son:

 

Fibrilación auricular: la más frecuente. Se revierte con medicamentos, incluso puede quitarse sola, pero puede producir accidentes cerebrovasculares a largo plazo. No necesita un tratamiento permanente, solo dejar el consumo de la bebida energética. 

Taquicardia supraventricular: son bastantes molestas. Si no se tratan, en el largo plazo, pueden generar daño al corazón de la persona.  

Taquicardia ventricular: es maligna y puede matar a una persona en corto tiempo. Su tratamiento es de urgencia con medicamentos, y en casos más graves, aplicando una descarga eléctrica directa al corazón.

 

Fibrilación ventricular: Arritmia letal puede matar a un paciente en menos de 30 minutos. Se debe aplicar una descarga eléctrica de manera directa al pecho del paciente en una urgencia.

Al ser consultado por los síntomas antes de llegar a estas situaciones, el profesional expone que lo más común son “las palpitaciones en el corazón, sentir como si se fuera a salir del pecho. A veces se expanden a todo el cuerpo. Otro síntoma, es un calor en la cara. También se pueden producir mareos, temblores, visión borrosa, zumbido en los oídos, y en el menor de los casos dolor abdominal”. Por ende, si se presentan estos síntomas, se debe acudir a un centro de salud. Si la situación es más compleja se debe ir de urgencia y tomar mucha agua para ayudar a la eliminación de la energética.

 

Otros afectados son el páncreas y el hígado, pues ambos actúan sobre la azúcar y la digestión. Las sustancias de las bebidas alteran la producción de bilis, aumentando el riesgo de producir cálculos en la vesícula. también estimula una mayor producción de insulina, y a largo plazo producirse diabetes. “En ocasiones también se pueden dañar los riñones”.

El cardiólogo indica que si se consume solo una vez no habrá problemas. Pero lo ideal es no tomarlas; si se hace debe ser muy esporádico y en bajas dosis. Sin embargo, aclara que el problema está en el consumo prolongado. “Una persona que consuma dos o tres al día tiene el riesgo de ser hipertenso en el futuro. Además, si tiene una enfermedad base en el corazón, como un infarto, el órgano ya está dañado, entonces la bebida energética aumenta esta condición, por lo tanto, si dejo de tomarla no se va a revertir el deterioro”.

Respecto a las opciones ante las bebidas energéticas, lo ideal es tomar una bebida con minerales. “Si estoy cansado y quiero consumir energía, esa es la opción.” Otra alternativa es el café, té negro o verde, el mate y el chocolate, pero todo en dosis prudentes. 

  

Para finalizar, el especialista hace una recomendación a todas las personas. “Si quieren estimular su vida realicen actividad física, cualquier tipo de deporte acorde a sus capacidades. Ideal después del trabajo, así liberan el estrés del día. Hoy todas las enfermedades de carácter cardiovascular mejoran con la actividad física; infartos, accidentes vasculares, insuficiencia cardiaca, etc. También hay que llevar una dieta sana, dejar las bebidas, las grasas, las frituras, consumir poca sal y azúcar, además de tomar mucha agua, con dos o tres litros al día mantendrás tu flujo renal aumentado, orinarás más y más limpio, por ende, eliminarás lo tóxico, mantendrás tu presión arterial en grados normales y te mantendrás más saludable”.

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– Revista Melidatos